Hola.

Seguimos haciéndonos preguntas que nos lleven a un mayor autoconocimiento de nuestra propia naturaleza. En esta ocasión nos acercamos a la antroposofía y rescatamos algunos de sus planteamientos.

Uno de ellos es que el cerebro siempre piensa en pasado. Este órgano es el mediador entre la totalidad de la provenimos y la individualidad separada que habitamos. El cerebro es un gestor de datos almacenados en distintos tipos de memorias y utiliza la ley de la antipatía que es fruto de la separación.

Dos fuerzas del mundo astral, una de ellas es la ya nombrada antipatía que pone de relieve el origen sutil del alma humana que una vez separada de la totalidad se experimenta en las dimensiones de espacio y tiempo. La acción predominante de este principio es la creación de un espejo a través del cual se puede experimentar, que es el cuerpo en el que se manifiesta el «ego».

La segunda fuerza es la simpatía que es la que pone en acción la voluntad.

De esta manera podemos entender tres ejes que nos ayudan a comprender la materialización de los pensamientos.

1. Cabeza, cerebro, pensamiento, esta es la jerarquía que permite accionar la antipatía o separación del todo o individualización.

2.  Pensamiento como reflejo y espejo del universo que nos permite ejercer el libre albedrío y capitalizar las experiencias vividas.

3. Abdomen y piernas como voluntad asentada sobre la calidad y cantidad de la sangre que recorre nuestro organismo.

En resumen podemos decir que:

1. El pensamiento actúa sobre el pasado.

2. La voluntad sobre el futuro.

De esta manera queda, un poco más claro, que la imaginación es el puente entre el Ser que somos y la persona que tenemos.

Adelante experimentar es la mejor manera de comprender.

Éxito.

Flora Cervan Gaitán

Jose Luis Romero Dávila

coordinadores AVN

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